Vila Nova de Foz Côa

En sus raíces, Vila Nova de Foz Côa encuentra al hombre paleolítico que, con modestos artefactos, talló ambiciones y proyectos de su universo espiritual y material en la dureza del esquisto, haciendo de este santuario el mayor museo de arte rupestre al aire libre, hoy Patrimonio de la Humanidad.

Severos paisajes naturales, marcados indeleblemente por los vigorosos surcos de sus ríos, el Duero y el Côa, que conectaban a las gentes de esta región con el mundo exterior y les permitían obtener sus riquezas, constituyen un escenario de grandiosidad por el detalle con que los artistas impresionaron los vastos campos agrícolas sembrados de amables pueblos y aldeas en este paisaje cultural, evolutivo y humano que la UNESCO reconoció como Patrimonio de la Humanidad en 2001.

Elevada a la categoría de ciudad el 12 de julio de 1997, visitar Vila Nova de Foz Côa es redescubrir nuestra historia, seguir el proceso milenario que desvela el patrimonio artístico y cultural en complementariedad con la rusticidad y belleza paisajística que encierra la región y que merece su disfrute.