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Descripción
El espacio Identidad y Memoria de Penedono pretende mostrar fragmentos del pasado... Es un lugar donde los recuerdos de los antepasados adquieren un sentido estético. El momento en que las primeras comunidades humanas vagaron y vivieron en las tierras de Penedono se pierde en la noche de los tiempos. Sin embargo, a finales del V/principios del IV milenio a.C., se constata la presencia de pastores por excelencia, que complementaban su subsistencia con la caza, la pesca, la recolección de los recursos vegetales que les proporcionaba la naturaleza y la práctica de una agricultura aún muy rudimentaria.
Entre otros, recipientes de cerámica, puntas de flecha, cuchillas, hachas, azadas y gubias, piedras de molino, así como objetos de adorno obtenidos de las más distintas rocas y minerales. Su preocupación por la vida más allá de la muerte les llevó a construir grandes tumbas de piedra -dolmenes- reservadas para depositar los cuerpos o restos óseos de un número restringido de individuos. En el Penedono se encuentran las necrópolis de Senhora do Monte y Lameira de Cima. En los primeros siglos de nuestra era se produce la romanización de Penedono atestiguada, en la mayoría de los casos, por simples fragmentos de construcción, cerámica industrial o doméstica, columnas o piedras de molino esparcidas por la superficie del terreno. Merecen especial atención las minas de oro de Santo António, presumiblemente ya explotadas por los romanos, el yacimiento de Casteidal, el altar votivo de Quinta da Arca y las inscripciones rupestres de Rodelas y Marcadouro (Penela da Beira). La Edad Media en las tierras del Penedono estuvo marcada por la reconquista del territorio a los árabes por el rey Fernando I, O Magno, entre 1055 y 1057.