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Descripción
Situado en Fontelo, es un raro ejemplar y uno de los más altos de su género en la Península Ibérica.
Probablemente erigido en el V milenio a.C., cuando aparecen los primeros enterramientos dolménicos en la región, fue descubierto en un entorno rural de la región vinícola del Alto Duero.
Sus grandes dimensiones, más de 5 metros de altura y cerca de un metro de anchura máxima y 75 centímetros de grosor, permiten verlo desde muy lejos.
El levantamiento de grandes piedras naturales, a veces con forma fálica, como es el caso de este menhir, se debe a las comunidades neolíticas, cuando adquirieron nuevas técnicas y expresaron prácticas socio-religiosas vinculadas a la domesticación de los animales y a la fertilidad de la tierra, tal vez con el objetivo de estimular las fuerzas de la Naturaleza y marcar su relación con el mundo sobrenatural.