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Descripción
En la carretera principal entre los pueblos de Fornos y Lagoaça se puede ver una señal que indica la ruta hacia el mirador de Carrascalinho, a unos 3 km entre caminos asfaltados y de tierra. Desde el centro de la ciudad sólo hay 22 km para llegar a este lugar de extrema e incomparable belleza natural, donde la acción del hombre es mínima. Entre las verdes montañas, se puede ver la zona donde el Duero Internacional se estrecha, entre escarpes y profundos valles que permiten pequeñas cascadas que se deslizan por el inhóspito relieve. Por eso, Carrascalinho se presenta como un lugar emblemático que permite visualizar la mayor mancha de marismas de toda Europa.
El esplendor de la naturaleza se refleja en este territorio, con una vegetación todavía salvaje y, al fondo, un río verdoso resultante del reflejo de la vegetación. El Mirador do Carrascalinho está casi "camuflado" en la flora que lo rodea y es un punto estratégico para observar la fauna que sobrevuela este territorio. Aquí se imponen vistas impresionantes y visiones llenas de respeto, emoción y admiración. En este paisaje áspero y hermoso, contemplar el amanecer y el atardecer son experiencias únicas y sobrecogedoras.